miércoles, 4 de abril de 2007

Recuerdos de la cárcel

Mis queridos lectores. Qué tristeza y qué pena no haber sabido nada de vosotros durante este mes...

Quiero explicaros qué coño ha pasado.

Hace más de un mes estaba yo tranquilamente tomando un café en el bar de debajo de mi casa, cuando apareció un hombre, vestido con traje, y con aspecto llamativo. Bien vestido pero no parecía un empresario. Se sentó en una silla vacía de mi mesa y empezó a hablarme, a preguntarme. Tenía un curioso acento americano. Tras un largo rato de preguntas extrañas a las que yo me negaba a contestar a ese extraño, acabé pidiéndole que me dejase tranquilo, que quería leer el periódico. Me aseguró que no se iría hasta que lo confesase todo y hasta que él lo averiguase todo. Estas palabras, expresadas tal cual, me sentaron fatal, y acabé diciéndole que iba a llamar a la Policía si no me dejaba tranquilo inmediatamente. En una de esas, hizo un gesto extraño que me asustó, y sacó una placa. Se identificó como agente de la CÍA, o del FBI, no sé qué coño me dijo, y me acusó formalmente de complot contra su Nación.

Fui trasladado en avión privado a Estados Unidos. Yo, siempre, sin ver a un solo policía español o miembro del Gobierno o de la Diplomacía. Aquello sonaba muy raro.

Pasé ese mes en Estados Unidos, en una cochina cárcel de allá. Resumiendo, antes de que empiece a conjurar contra ese cochino país, acabó visitándome un diplomático de España, y no sé cómo, acabé siendo liberado. Esta persona me trasladó a España. Hoy ya estoy en mi casa, deseando volver a escribiros, sin saber qué coño ha ocurrido.

(esta es una versión diferente de por qué no he escrito en este mes largo: http://mundozumbao.blogspot.com/2007/04/recuerdos-de-la-luna.html)

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